Alicia Esther Quetgles Ezpeleta's Obituary
El 9 de Septiembre de 2015, muere en la ciudad de Orem Utah, Alicia Esther Quetgles Ezpeleta, a la edad de 90 años. Nacio el 25 de mayo de 1925, en la ciudad de Morón Provincia de Buenos Aires, Argentina, de Doña Arminda Ana Ezpeleta y Don Arturo Abel Quetgles, habiendo quedado a los 5 meses de vida huérfana de madre, fue acompañada en su crecimiento de temprana infancia por su amada abuela Doña Maria Dibarburen, hasta los 5 años, casado ya su padre, fue puesta en una escuela religiosa como pupila, hasta los 14 años, inmediatamente después, conoció al que sería su esposo y padre de sus hijos, con quien se casó a la edad de 22 años. Perdió a su primer hijo recién nacido en 1948, Edison Alfonso, por causa de la llamada asfixia blanca, al siguiente año recibe la llegada de Alicia Inés que pone luz a la joven familia, en 1952 se renueva su esperanza familiar con la llegada del tercer hijo Patricio, pasaron los años y varios intentos que no se consumaron, para en el otoño de 1959 recibir a su cuarto hijo Fernando. Mucha agua paso bajo el puente , como ella decía, desde ese último acontecimiento familiar, muchas buenas , muchas malas , pero mesclado con ellas, mucha experiencia que supo compartir, atraves de la que también nutrió a sus hijo., Busco siempre lo mejor de cada cosa que aprendía para ayudar al desarrollo de la vida de los suyos y de quienes la rodeaban, fue leona de su casa, defensora implacable de su TESORO, su familia, hija leal de Dios, amiga fiel, confidente, compañera incondicional, líder, buen ejemplo, consoladora etc, etc, etc. Tuvo errores, cometió faltas? Sí, los tenía, sí lo hizo y en muchos casos aprendió la lección con dolor y desde allí en adelante ayudó a muchos con su experimentado consejo. Cambió su estado, ya dejo la probación, pero no nos ha abandonado, un gran legado nos dejó. Su fe bien plantada, marcó el rumbo, no solo a tres hijos, sino hasta hoy a tres generaciones propias, que seguirán, con la misma fe de reencontrarse con ella mas allá, la senda de rectitud a los ojos del más amoroso Dios y Padre en los cielos y de nuestro salvador y redentor Jesucristo el Señor. Dios te vista de Luz MEME, hasta el día en que nos encontremos para rendir informe ante el Rey y merecer entrar en su presencia y cumplir así, tú y nuestro tan caro sueño, de ser familia eterna.
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